Entrevista a Sergio Zuñiga por Nicolás Coautti

El básquet, una esperanza para los niños triquis

Publicado en http://www.basquetdecordoba.com.ar/?p=9012#.UlhUM5LTdUs.facebook

Por Nicolás Colautti / @ncolautti
Son una luz de esperanza. En medio de un mundo ultra globalizado y materialista al extremo, ellos dan el ejemplo desde otro costado. Animan a creer que, pese a todo, el mundo puede ser mejor. Que algo puede cambiar. Y no lo hacen dando discursos vacíos. Lo suyo es mucho más sencillo: dan el ejemplo -un baldazo de agua fría que eriza la piel- jugando al básquet.
Ellos son un puñado de niños mexicanos que llegaron a Córdoba para participar del 4° Festival Internacional de Minibásquetbol. Con humildad, esfuerzo y respeto de sus raíces, estos pequeños héroes anónimos demuestran que lo único que hace falta para practicar este deporte es amor: ni siquiera necesitan zapatillas.
Respetando su origen -pertenecen a la comunidad indígena Triqui, una de las más marginadas del estado de Oaxaca-, estos pibes pican la pelota descalzos. Sí: sea en las canchas de tierra que los vieron nacer o en los modernos estadios de distintos países que han tenido la chance de visitar. No requieren nada más que la felicidad que les da el juego.
“Estamos orgullosos de poder visitar un lugar como Córdoba y somos conscientes de la responsabilidad que tenemos al representar a las comunidades indígenas de México”, cuenta Sergio Zúñiga, entrenador y cabeza del programa que, a partir del básquetbol, fomenta la educación y formación de 2.500 niños carenciados.
En la sede de la FBPC, que recibió a los “campeones descalzos de la montaña”, el profesor Zúñiga se muestra atento a todo. No quiere perderse ni un detalle. Mira, observa, dialoga con los dirigentes, comparte conceptos. “Los niños saben que el objetivo de esta visita es llevar un mensaje a México, a las montañas. La forma de vida aquí es rigurosa, ordenada y unida. Eso en México no se ve. Ese es el mensaje que debemos llevarnos: que podemos trabajar a la par y que es importante la unión y la organización”, agrega con entusiasmo.
-¿Cómo surge este proyecto en una comunidad indígena tan marginada como la Triqui?
-La idea nace en el 2003, pero no la pude llevar a cabo hasta 2009. Lo principal fue ayudar por medio del deporte a estos niños, que tengan una oportunidad diferente: ir a la escuela, jugar básquetbol, poder salir de las montañas, conocer otros mundos.
-¿Cómo es ese contexto que mencionás de las montañas?

-Ellos consideraban que el mundo sólo era la montaña, en donde hay niñas que se casan a los 13 años, jóvenes que a los 15 migran a Estados Unidos. Los niños entrenan descalzos, caminan todo el tiempo descalzos. Es una cultura, pero además no hay recursos para comprar zapatillas. Todos los días combinamos básquetbol y escuela. Si no tienen un promedio de 8.5 no entrenan ni juegan. Con esto, los niños están regresando a la escuela, que es el objetivo principal del proyecto: por medio del básquetbol, hacer que estos niños estudien. Lejos de lo deportivo, los resultados más importantes son los de la escuela.

-¿Por qué, a la hora de plantear el proyecto, elegiste el básquet y no otro deporte?
-El básquetbol es el único deporte que se practica en las comunidades indígenas. Son comunidades muy chiquitas, y el único espacio para deporte es una cancha de básquetbol. Los niños juegan todo el día. Desde muchas generaciones se viene practicando en Oaxaca.
Orgullosos de su origen. En cualquier cancha, los niños triquis juegan tal como lo hacen en sus comunidades de Oaxaca. (Foto: Facebook)
-Al jugar descalzos imagino un choque cultural, sobre todo al visitar otros países. ¿Cómo manejan ese choque con los niños?

-Lo primero que hicimos fue que los chicos aceptaran su situación económica y social, en el sentido de aceptar que con lo que tienes, tienes que trabajar. No pidas más, sino aprende a trabajar con lo que tienes. Nuestra cultura es un orgullo, no una vergüenza. Cuando comprenden esta parte, crecen sin complejos y lejos de sentirse alejados o marginados se sienten dentro de un nivel competitivo. El básquetbol es tan noble que nos permitió abrir esta puerta y jamás hemos recibido un desplante, una mala cara o alguna humillación. Al contrario, siempre ha sido un sinónimo de admiración, de respeto hacia nuestra cultura.

-¿Mediante qué mecanismos se inculcó en los niños ese orgullo por sus raíces?
-Se hace mediante tres programas. El inicio es un curso de psicología, donde les enseñamos la función de un niño y sus derechos. Además hacen un curso de liderazgo y otro de risoterapia, donde despiertan ese líder que tienen adentro. Así comienzan a sentirse orgullosos de lo que son y no tienen complejos. Qué mejor que un indígena sea el ejemplo para los demás jóvenes de las ciudades de que se pueden hacer cosas, que hay cambios verdaderos y alejarlos del alcohol, las drogas y otras problemáticas.

-¿Cuentan con algún apoyo del Estado mexicano para llevar a cabo el proyecto?
-Tenemos el apoyo directo de la primera dama del estado, la señora Mané Sánchez, que es la esposa del gobernador de Oaxaca. Ella nos respalda con el transporte y becas para los niños. Y ahora con la invitación al Festival de Mini debemos agradecer a la Federación de Básquetbol que nos da el hospedaje y las comidas y al Gobierno que nos da el transporte para poder estar aquí. Para nosotros es una responsabilidad muy grande la invitación que nos hizo FIBA Américas.

-¿Qué siente cuando los niños, respetando y sintiéndose orgullosos de su origen, pueden competir a la par ante equipos de países súper desarrollados?
-Es algo que no se puede describir con palabras. Es hermoso ver que todas las contras que tenían los niños se convierten en sus armas. El hambre, la pobreza, los motiva a mostrarse tal como son. Es algo que nos hace falta en México: carácter, firmeza, fortaleza interna. Están dando el ejemplo a todos, incluso a mí, de que sí se puede.



-¿Cuál es el grado de repercusión y reconocimiento en México?
-Sí, todos los medios y canales de televisión nos siguen, de hecho aquí ha estado Televisa y ESPN. Radio, periódicos, todos nos siguen. Hay muchos estados que están copiando el método que utilizamos para formar a los niños. Incluso a este programa lo han querido en Perú, Bolivia e incluso en Estados Unidos con niños hispanos. Para nosotros sería un orgullo poderlo hacer, pero primero queremos afianzarlo en las comunidades indígenas en México.

Sigue leyendo la entrevista en Basquet de Córdoba.
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2 comentarios:

  1. Mi respeto y reconocimiento, son una una gran promesa y ejemplo para muchos niños del país. .. por favor hagamos ruido todos sobre este valioso esfuerzo

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  2. Mi respeto y reconocimiento, son una una gran promesa y ejemplo para muchos niños del país. .. por favor hagamos ruido todos sobre este valioso esfuerzo

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